Inspirado en la moda de finales del siglo XIX, este cartel de Sombrerería, Arturo Pozueta, de Salamanca. Nos muestra a cinco mujeres, que lucen vestuarios de la época.
A principios de siglo aún perduraban las ataduras de los corset, y de los miriñaques y polisones, que impedían la liberación del cuerpo de la mujer.
Gracias a la evolución en el mundo de la moda femenina, los vestidos empezaron a diseñarse con los mismos volúmenes pero sin estrecheces interiores donde la mujer se relegaba a una vida social, sin poder trabajar, ni moverse ni disfrutar de muchas actividades, como montar a caballo, o bailar, entre otras.
Si miramos con detenimiento el cartel, uno de los muchos e interesantes carteles de la colección Veca&Mugo, veremos que nos transmite muchas sensaciones, y nos habla del vestuario que entonces se lucía.
Estas mujeres, rotundas, con rostros saludables, han liberado su cuerpo de vestuarios incómodos para pasar a disfrutar de un cuerpo libre y más liviano.
Como vemos se levantan sus ropas, para mostrar sus enaguas con puntillas, sus medias y sus zapatos de tacón cuadrado, con hebilla lateral.
Los colores de la ropa son más vivos, y los sombreros también permiten pensar, como decía Cocó Chanel, “ no sé cómo pueden pensar con esos floreros en sus cabezas”.
También en ésta época, la mujer empieza a despertar su lado más femenino con bailes como el cabaret, (que aunque se asocia a los años 20, década en la que obtuvo su mayor esplendor nace a finales del 1800), de ahí que la posición de estas cinco mujeres nos recuerde a las del famoso Moulin Rouge, donde daban rienda suelta a sus encantos, y deleitaban con sus baile tanto a mujeres como a hombres.
En el cartel de la Sombrerería, Arturo Pozueta, vemos como una de las mujeres agacha la cabeza en señal de timidez, aún estaban muy temerosas con el cambio de vestuario, puesto que en aquellos tiempos enseñar su lencería, era casi motivo de cárcel en algunos países como Estados Unidos. Tan sólo podían enseñar un par de dedos por encima del calzado, y únicamente el marido, podía ver su lencería en el momento de ir al dormitorio.
Con este tipo de tabúes de la época, no es de extrañar la imagen ingenua, recatada y casi pudorosa de los rostros de estas mujeres, y la total ocultación del rostro de otra de ellas.
Las imágenes de los carteles de la época, son un libro abierto de lo que se cocía en aquellos años, sólo tenemos que observar con detenimiento. A partir de ahora, analizaremos juntos las imágenes, haciendo un recorrido por la historia de los carteles de la colección Carlos Velasco, en la que tendremos una diferente percepción de la moda y de que, nos quieren transmitir.
Espero que nos veamos pronto con más estudios sobre los carteles y su vinculación con la moda y la historia.
